Según la Real Academia de la lengua Española, trascendencia significa: resultado, consecuencia de índole grave o muy importante.
En mis andadas entre el gremio de biólogos he tenido la oportunidad de conocer colegas de las más diversas especialidades, condiciones sociales, rangos académicos, ocupaciones laborales, credos, orientaciones sexuales e ideologías políticas; a partir de todo ese sumario de contactos y desde mi perspectiva les propongo 7 hábitos (parafraseando socarronamente a Stephen R. Covey) que comparten y practican todos aquellos colegas cuyos quehaceres profesionales a la postre resultan absolutamente intrascendentes.
1.- Confunden empleo con trabajo: y al haber mucho para biólogos de los segundo, imaginan que proporcionalmente habrá mucho de lo primero; como consecuencia de éste error, resultan ser incapaces de realizar un trabajo importante si alguien no se los ofrece como empleo.
2.- Anteponen los papeles al conocimiento: creen a pie juntillas que los postgrados sirven para engordar el C.V., hacerse más “empleables” y no para aprender; para ellos pesa más el “valor curricular” que el conocimiento y sus posibilidades de implicación o aplicación.
3.- Santifican la institucionalidad de la investigación: suponen que la segunda solo es posible y válida si se enmarca en la primera.
4.- Practican el purismo de escritorio: por ejemplo, discuten sobre si debe decirse sustentable o sostenible, en lugar de proponer métodos para dar vida a la idea que propone el concepto.
5.- Abrazan apasionadamente el dogma “omni” de los papers o artículos científicos: creen a pie juntillas que éstos son omnipresentes, omniscientes y omnipotentes.
6.- Miden la importancia de su trabajo en “grados apa”: es decir, para ellos el número de veces que sus publicaciones son citadas en artículos científicos de otros autores, es directamente proporcional a su valía como profesionales.
7.- Proponen la “intocabilidad” de la biodiversidad: creen erróneamente que el proceso de conservación puede ser aplicado sin la dimensión de aprovechamiento.
En suma y desde mi perspectiva, aquellos colegas alejados de éstos 7 hábitos y cuyo trabajo por consecuencia sirve para algo más que solo llenarse la panza han entendido claramente al poeta Chino Han San cuando dijo: son tontos aquellos que se alejan de lo que es real, verdadero y duradero y en cambio persiguen las formas fugaces del mundo material, formas que son simples reflejos en el espejo del ego.
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IvanTrujano.Biólogo 
De acuerdo con todo, menos los puntos cinco y seis. Es preferible alguien que investiga que un «abrazárboles».
Un investigador es necesario, los «abraza árboles» como les llamas, suelen ser un buen sistema de alarma; el problema no son los paper´s o la investigación, el problema según mi humildísima opinión es que éstos se han convertido en los becerros de oro de una mafiesilla académica que solo los usa para subir en el escalafon, o eso pienso, saludos 😉